Sergio Floreán Chávez
A01225487
Expertos en quitar vidas
ABSTRACT
En
tiempos de desesperación ¿en qué basas una decisión? En estas épocas vivimos en
un mundo donde muchas de nuestras ideologías se basan en prejuicios o están
basados muy específicamente en una religión o en una costumbre de nuestra región,
entonces ¿en qué nos basamos para tomar cartas en el asunto a cuando una vida
se trata? ¿la vida y el sufrimiento de una persona también tiene un valor
diferente dependiendo de la ubicación geográfica en la que se encuentre? En
este ensayo vamos a ver un debate desde diferentes puntos de vista el tema de
la eutanasia que ha sido tan controversial a lo largo de los años. Lo
abordaremos de desde el punto de vista de vista del paciente, terceros
(familiares, seres queridos) y encargados (doctores) y evaluaremos basados y
sustentado con teorías éticas en su mayoría vistas en mi clase de ética.
Palabras clave: ética, eutanasia, vida, medicina.
Introducción.
¿Hasta
qué punto es ético quitar una vida? ¿Quién tiene el derecho a hacerlo? ¿a
decidirlo? En determinadas ocasiones el sufrimiento de una persona puede ser
tan grande e incontrolable que ésta pierde el anhelo de vivir y manifiesta
deseo por el deceso, pero sus seres queridos podrían estar inconformes con
dicha decisión.
En
los últimos años se ha estado discutiendo cuáles son los factores y las condiciones que deben de
existir para poder realizar este proceso denominado “auto suicidio”.
DESARROLLO
Existen
numerosas razones por las que no debemos atentar con la vida de un ser humano -éticas
o morales-, se nos ha enseñado a no hacerlo bajo ninguna circunstancia y la
cual respetamos la mayoría de las personas a las que se nos educó con ciertos valores
a los que nos apegamos desde temprana edad; y una moral que creemos como la
correcta, ya que se practica en la mayoría de las regiones del mundo. No
debemos matar, no debemos robar, no debemos realizar cualquier tipo de acción que
perjudique a nuestro prójimo, siempre debemos de actuar de la manera que
consideramos sea lo mejor tanto en el plano de lo individual como de un sujeto que
forma parte de una sociedad. Lo anterior, para que estemos en armonía con el
propósito de que ninguna persona pueda llegar a ser afectada.
Pero, ¿en qué momento debemos romper una regla moral?
¿Bajo qué circunstancias debemos o podríamos hacer una excepción? ¿Cuándo
debemos mentir? ¿Permitir robar? ¿Permitir el actuar de una manera en la que no
se considere como moralmente lo correcto? En este caso, ¿en qué momento es
permitido o será permitido dejar morir a alguien? y no precisamente nos
referimos a matar, sino dejar que
por su decisión, se termine con su vida.
Desde un punto de vista político -hasta hace relativamente poco
tiempo-, era considerado ilegal permitir que un doctor fuera partícipe de tal
hecho. Aquí en México, pasiva es legal en algunos estados, pero la eutanasia
activo o “suicidio asistido” se califica como homicidio, y dependiendo del
agravio, es el tiempo de penalización que va desde los 10 año hasta cadena
perpetua en la cárcel dependiendo
el juicio. Por ejemplo el caso del
doctor Jack, “El médico norteamericano Jack Kevorkian pagó 10
años de cárcel acusado de homicidio por haber aplicado la eutanasia a
103 personas. Su lema era : ‘Morir no es un crimen’.(Guzmán,2012)”
Podemos
ahora empezar con un ejemplo muy sencillo: el acto de mentir, ¿en qué momento
podemos permitirlo? Si estamos en una situación de peligro y nuestra única
salida es mentir, por ejemplo, lo plantea Rachels (197,2006) si ves
que a alguien lo están persiguiendo para hacerle daño, tal vez asesinarlo, podrías
mentir y tergiversar la verdad, ya que esto podría salvarle la vida a un
inocente que no merece ser lastimado. Entonces, si la situación es extrema donde
el acto de mentir te permita ayudar a una persona y lo anterior se considere
como lo mejor para él o los implicados y lo más importante: no habrá terceros afectado ¿por qué no hacerlo? Podemos
también mentir para ayudar a un tercero a lograr algo que él quiere, pero en
este caso también debemos enfocarnos en respetar la decisión y libertad de una
persona cuando esta misma quiere algo y es completamente por su bien y está
viendo por ella misma. Estamos ahora en una disyuntiva ¿por quién debo ver? ¿Por esa persona o por mí?
Debemos ver por lo que quiere ella quiere o por lo que yo quiero? O simplemente
podríamos poner en un balanza qué es lo mejor en un nivel de felicidad adecuado
para la mayoría. Ahora pongamos en la balanza los pros y los contras para cada
persona que puede estar involucrada en este problema ético.
Como
un individuo que hace moralmente las cosas correctas, por supuesto se está en
desacuerdo en que a otra persona se le quite la posibilidad de vivir o incluso
que ella misma decida que ya no quiere seguir haciéndolo. Fuimos educados de
tal forma que sabemos como incorrecto matar a una persona bajo cualquier
circunstancia y así debe permanecer, más cuando se trata de un ser querido. En
este sentido, el problema de no perder al ser querido radica en el egoísmo, ya
que no nos situamos en su contexto, como anteriormente mencionamos, en
ocasiones es mejor brindar apoyo a la persona y dejar que tome la decisión que ésta
prefiera; o, en su defecto, actuar de alguna forma “no moral” por el bienestar
de la persona.
Y
en realidad ¿qué es más ético? ¿Actuar de acuerdo a lo correcto? ¿o ayudar a
una persona a alcanzar su felicidad? ¿O lo correcto es actuar de tal forma
en que hagamos feliz a la persona?
Lo correcto, entonces debería ser el hacer feliz a la persona, porque al
final ella se convierte en el fin ya que estamos buscando su felicidad pero
sobre todo y más importante es dejar a esa persona actuar de manera libre de a
cuerdo a lo que ella quiere y no intervenir en ninguna de sus decisiones porque
en realidad en estos casos ella lo que busca es: ya lo mejor para ella y aunque
eso sea una asistencia de suicidio, no debemos decirle que debe hacer ya que es
su decisión, y eso sería hacer lo correcto; esa sería la buena acción que nos
haría actuar de forma correcta. Pero, dejamos que los sentimientos nos guíen y solemos
creer que lo correcto es mantener “viva” a la persona el mayor tiempo posible.
Lo
anterior, responde a la situación que enfrentamos como terceros; ahora vayamos
por el lado del afectado -creo que es el más extenso y el más afectado en esta
situación-. Son escasas las
personas que en realidad pueden contar lo que es haber estado con lo que se
conoce como muerte cerebral o con los
extremos dolores de enfermedades terminales en las que prefieren en realidad
ser desconectadas o pedir el derecho de causarse la muerte, esto conocido como
la eutanasia (s.a,2013). Esta definición resalta la intención del acto médico, es decir, el
querer provocar voluntariamente la muerte del otro. La eutanasia se puede realizar
por acción directa: proporcionando una inyección letal al enfermo, o por acción
indirecta: no proporcionando el soporte básico para la supervivencia del mismo.(s.a,2013)” o mejor conocido como
suicidio asistido. Ahora, se hace pertinente formular la pregunta que querría
yo en esa situación que es en realidad sufrimiento de todo tipo: físico y
psicológico; y no sólo para ti, sino, también para tu familia y allegados que
siempre tienen un esperanza de que las cosas saldrán bien. También, es llegar
al pensamiento de que “es egoísta
tener así a las personas que quiero” y viéndolo desde esta perspectiva podemos
plantearlo de manera distinta. Ver
por todas las personas involucradas, incluyéndote a ti mismo, será lo mejor.
Tanto tú como individuo, dejas de sufrir como esas personas -aunque al
principio sea un golpe fuerte-, más tarde, se sentirán aliviados porque ellos son
los que te están viendo sufrir y para un familiar o una persona allegada también
eso implica dolor. Consideramos que a ningún ser humano le gusta ver a un
familiar o a otro ser querido sufriendo.
En
éste paso podemos ver la teoría de Carol Gilligan y situarnos en el ética del
cuidado, y ver por categorías que el nivel de bienestar que se desea conseguir
entre la persona pidiéndolo y los familiares. en como se debe pasar del primer
al tercer nivel en la tabla que nos presenta Gilligan en el cual el tercer paso
es “Inclusión
del Yo y de los otros en la responsabilidad del cuidado.
Necesidad de equilibrio entre el poder y el cuidado de sí misma, por una parte,
y el cuidado a los demás por la otra.(Marín,1993)” y esto significa que estás
viendo por las dos partes por el yo y los otros de ahí pudiendo partir hacia
tomar la decisión.
“El
problema se torna particularmente difícil cuando el sujeto sufre intensamente y la muerte no parece
inminente. Es por ejemplo la situación de un paciente con cáncer inoperable de
la faringe. Durante meses experimenta dificultades para deglutir, con intenso
dolor. El proceso invade la laringe, añadiéndose dificultad respiratoria y para
la articulación de las palabras. Los narcóticos ya no son efectivos. Su mente
está clara y anticipa la miseria de varias semanas o meses, con terribles
sufrimientos para él y de angustia para los familiares y médicos tratantes.
Variando las entidades clínicas la historia se repite sin cesar. Muy pocos expresan directamente
su deseo de morir. ¿Cuántos no lo guardan en secreto? Muy pocos médicos se
atreverían a tomar la responsabilidad de suprimir la vida del paciente en estas
circunstancias, por el temor a violar disposiciones legales. Para remediar esta
situación estamos urgidos de una legislación adecuada”.( 1973)
Las terceras personas que se ven afectadas por esta
situación resultan aquellas a las que les puede servir un órgano que vaya a
donar el ser en cuestión, y que si se prolonga la espera a la muerte natural,
tal vez el órgano pierda su funcionalidad; de esta forma, podríamos tener otro
punto en el cual la acción de la eutanasia llega a favorecer a alguien.
En este caso, se vuelve claro el que una persona
puede ser salvada gracias a que otras tomaron la decisión de acelerar el
proceso de muerte de otra. Y es aquí, donde adquiere relevancia la discusión, en
realidad no se mataría a un inocente, se le cumpliría una petición para dejar
de sufrir, la cual no resulta ser tan
fácil: se tiene que cumplir una serie de requisitos y condiciones, así como
pruebas que verifiquen la veracidad de la condición terminal del paciente y que
no resta mucho tiempo de vida. A continuación presentaré una pequeña
investigación acerca de la muerte encefálica siendo ahora los criterios usados
en Estados Unidos para la revisión de una persona cuando se cree tiene muerte
encefálica. Como principio la definición es
“La Muerte Encefálica (ME) se define como la pérdida
irreversible, por causa conocida, de las funciones
de todas las estructuras neurológicas
intracraneales, tanto de hemisferios cerebrales como de tronco
encefálico. (s.a,2013)“ cuando se sospecha que
el paciente sufre de una muerte encefálica hay una serie de requisitos que se
deben cumplir en el cual se ve un diagrama de las instrucciones y mientras se
vaya avanzando en él, tienes que pasar por varias revisiones las cuales
incluye: prerrequisitos, una evaluación clínica, prueba de la apnea y estudios
complementarios. A continuación les presento la misma hoja que debe llenar el
doctor que esté a cargo del paciente, en la que se tienen que revisar
absolutamente todos los puntos para dar por hecho una muerte encefálica.
Pero, ¿Es justo cambiar un vida por otra? ¿O importa
de quién sea la vida? Es lógico pensar que cualquier persona lo haría sin dudarlo
cuando se habla de familiar o una persona muy allegada; pero, ¿si es una
persona que nunca has visto y nunca volverás a ver? ¿Lo harías por esa persona?
Contextualicemos lo anterior con un ejemplo: si un individuo de mediana edad es
un enfermo terminal que pide la eutanasia para finalizar con su dolor y
sufrimiento, y en el mismo hospital, o en la misma ciudad la vida de alguien más
depende de un transplante de un órgano que podría ser donado sin dificultad por
éste -siempre y cuando la enfermedad no haya atacado ese órgano- ¿qué se puede
hacer en esa situación? ¿es válido que una vida valga por otra vida? Todas las
vidas valen igual, pero ese mismo sujeto puede pensar en eso al tiempo de la
solicitud; en este sentido, una tercera persona resultaría beneficiada por la
acción.
En un sentido utilitarista explicado por Rachels
(147,2006) como ver por el nivel de felicidad que buscamos y llegar a un
balance entre los que se están involucrado, legando a una buena utilidad con
los actos que se hacen en este caso es en la que nos basamos, en la teoría del
utilitarismo del acto siendo el acto el que nos proporcione una mayor utilidad,
beneficio y felicidad para todos. Entonces esto es lo que más beneficiaría a la
mayoría porque partiríamos de la noción de: ¿a cuántos podemos salvar? Si
podemos salvar a otro persona terminando con una vida en agonía y lo más
importante con el consentimiento de esa misma, que es lo mas importante. Creo
firmemente, aunque esto sea sólo otro argumento a favor de que un individuo quiera terminar con
su vida debido al sufrimiento, en la decisión de sacrificar su misma vida por
la de alguien más considero que tenemos decisión sobre nuestra vida y si es nos
hemos decidido por terminar con ella, se nos debería dar la oportunidad y más
cuando esto conlleva a salvar la vida de otra persona.
Para
considerar la eutanasia como válida retomaremos para discusión los aspectos
descritos por Lorda (2012:5)
1. La petición de la
eutanasia debe venir únicamente
del paciente y ser enteramente libre y voluntaria;
2. dicha petición debe
ser estable, bien considerada
y persistente;
3. el paciente debe
experimentar sufrimientos intolerables sin perspectivas de mejora;
4. la eutanasia debe
ser el último recurso, y
5. el médico debe
consultar con un colega independiente con experiencia en este campo.
Y aquí menciona una de
las formas de hacerlo.
“Se entiende
por sedación terminal la administración deliberada de fármacos para producir
una disminución suficientemente profunda y previsiblemente irreversible de la conciencia
en un paciente la muerte del cual se prevé que será próxima, con la intención
de aliviar un sufrimiento físico y/o psicológico incontrolable con otras
mesuras y con el consentimiento explícito, implícito o delegado del paciente”.
En una conclusión yo lo veo como el final de un
sufrimiento, la oportunidad de acabar con algo que en realidad no beneficia a
nadie, que solo esta desgastando a esa persona y a muchas personas que lo
rodena, ya sea familiares o seres querido. ¿cuántas personas deben estar de
acuerdo? Sólo una, la vida sólo es de una persona, no de varias y es una decisión
que sólo esa persona debe tomar ya que todas las demás personas no están en su
lugar, no están sufriendo lo que esa persona sufre, y abordado desde las
diferentes teorías éticas que decidí eran las que podían llevar de la mano cada
punto, para tener la oportunidad de replantear nuestras ideas acerca de pensar
en afectar el pensamiento de un ser humano más en un estado crítico y una
decisión tan difícil y tan personal como es la del suicidio asistido. Así como
también se toca el tema de que en una situación crítica como es esa siempre hay
que analizar desde todos los puntos de vista que se pueda y ver con una
percepción más analítica todo lo bueno y lo malo que se puede desencadenar de
esa decisión, y de ahí ya partir a la decisión que más sea conveniente para
todos. Así mismo creo que la vida es lo único que en verdad es tuyo y puedes
tomar la decisión al cien por ciento tú de lo que quieras hacer con ella, y más
habando de tener una enfermedad terminal y/o una vida que ya sólo se basa en
sufrimiento y desesperación. Sacrificar una vida es uno de los actos más puros
y sinceros que puede hacer el ser humano.
Guzmán,
Daniela . "El doctor Gustavo Quintana, un médico experto en
eutanasia." KienyKe. N.p., 9
Oct. 2012. Web. 6 May 2014.
<http://www.kienyke.com/historias/un-medico-experto-en-apagar-vidas/>.
HERRERA OCEGUEDA,
JOSÉ RUBÉN; Barrio Cantalejo, Inés M.. (2012).
LANECESIDAD DE LEGALIZAR LAEUTANASIA
EN
MÉXICO. Enero, 1-17. Extraída
de Redalyc.
LEÓNC., Augusto.
Ética en Medicina. Barcelona, Ed. Científico-Médica, 1973, pp. 249-250.
Lorda,
Pablo Simón; Barrio Cantalejo, Inés M.. (2012). LA EUTANASIA EN BÉLGICA. Revista Española de Salud Pública,
Enero-Febrero, 5-19.
Marín,
Gloria. "Desarrollo moral: la teoría de Carol Gilligan." Desarrollo moral: la teoría de Carol
Gilligan. N.p., n.d. Web. 6 May 2014. <http://ficus.pntic.mec.es/~cprf0002/nos_hace/desarrol4.html>.
RACHEL, James (2006). Introducción a la filosofía moral. México : fondo de cultura económica.
S.A.
¿Qué es la eutanasia?. (n.d.). ¿Qué es la
eutanasia?. Retrieved March 25, 2014, from http://www.aceb.org/Eutanasia/que.html
S.A.(2007).
La «pendiente resbaladiza» en la eutanasia en Holanda. Cuadernos de Bioética, XVIIIEnero-Abril,
89-104. Extraída de Redalyc.
S.A Comité de Políticas de la Asociación
Colombiana de Psiquiatría, . (2008). La Política Nacional del Campo de la Salud
Mental: entre el escepticismo y la esperanza. Revista Colombiana de Psiquiatría, Sin mes, 302-303.